Si estás pensando en comprar un piso de obra nueva o ya lo has comprado, seguro que están pensando en la decoración del interior del mismo. Igual que las tendencias de moda cambian cada temporada, también lo hacen las tendencias de decoración.
Tener un hogar a la última implica estar al tanto de lo que se mueve en el mundo de la decoración de interiores, algo que no siempre es sencillo.
Las cosas han cambiado mucho cuando se habla de diseño de interiores, mientras que hasta hace unos años no se daba demasiada importancia a la decoración de las viviendas, hoy en día este es un factor clave si se busca vender o alquilar un piso o un chalet.
Si durante unos años el estilo nórdico ha conseguido imponerse con fuerza, ahora toca olvidarse del eterno gris y apostar por tonos que pueden ser igual de neutros pero que son mucho más cálidos.
Este año el cantaloupe es uno de los colores más destacados. Este tono anaranjado con un toque tierra recibe su nombre del melón del mismo nombre, cuya carne tiene precisamente un tono anaranjado muy atractivo.
Tiene a su favor que es un color muy neutro, por lo que no resulta difícil de combinar con otros tonos neutros o incluso con otros colores de tendencia más llamativos.
Se puede incluir en las estancias de forma más o menos discreta, ya sea en paredes o a través de muebles o complementos. Pero lo mejor es no abusar demasiado de él, ya que puede llegar a cansar la vista.
No se trata de un color propiamente dicho, pero el tono óxido también estar marcando tendencia en 2019. Tiene la gran ventaja de pegar prácticamente con todo y es muy fácil introducirlo a través de complementos como jarrones, lámparas o marcos de cuadros.
Pero si hay un color que sigue siendo el gran protagonista ese es sin lugar a dudas el blanco. En aquellos casos en los que no se sabe muy bien que color elegir para las paredes, siempre resulta un acierto. Tiene la peculiaridad de hacer que los espacios parezcan más amplios y mejorar la luminosidad, lo que siempre es un punto a favor.
Otro aspecto a destacar de este color es que es una buena base para crear diferentes ambientes. Unas paredes blancas combinan a la perfección con muebles de estilo nórdico, industrial, romántico, rústico, etc.
Cuando se habla de colores para la decoración se suele pensar inmediatamente en las paredes, pero no es necesario pintar la casa para darle un toque más actual. A veces basta con elegir algunos textiles y complementos que se adecuen a las nuevas tendencias.
Por ejemplo, un dormitorio de corte más tradicional puede tener un aspecto mucho más renovado con algo tan sencillo como cambiar la colcha o el edredón y las cortinas. Apostar en estos casos por los colores de tendencia es siempre un gran acierto. De hecho, el cantaloupe al que se ha hecho referencia antes es una muy buena opción para dormitorios a los que se quiere dar un estilo más romántico. Mientras que el blanco es una opción estupenda para una habitación de invitados.
Hay colores que se ponen de moda durante un tiempo y otros que siempre están presentes. La elección nunca resulta fácil, por eso es importante hacer una buena planificación antes de afrontar la decoración de interiores.
Lo primero que hay que tener claro es qué estilo se le quiere dar a cada estancia. A partir de ahí, y con una idea más o menos clara sobre los muebles que se van a usar, se puede empezar a buscar el tono adecuado para las paredes. Así se evita el problema de pintar las paredes de un color que luego no encaja con el mobiliario.
Una vez que la casa está pintada es entonces cuando se deben comenzar a buscar los muebles. Con todo el mobiliario ya en su sitio se puede empezar a pensar en los textiles que mejor quedan. Lo último serán siempre detalles y complementos como centros de mesa, cuadros y lámparas auxiliares.
A la hora de elegir colores para la decoración de interiores, ya sea para las paredes, para los muebles o para los textiles, siempre hay que tener muy en cuenta la finalidad de cada estancia y la imagen que se quiere que proyecte la casa.
El objetivo final es que la vivienda quede bien decorada pero que a la vez resulte práctica para sus moradores. Es decir, debe haber una perfecta adaptación entre la decoración y los gustos y las necesidades personales de quienes habitan en la casa. Si esto se consigue, entonces sí se puede afirmar que el proceso de decoración ha sido todo un éxito.
